ÁRIDO DOMINGO

ÁRIDO DOMINGO

En un momento difícil, donde la gente se vuelve hacia los mejores buscando su liderazgo, mal nos tiene que ir, por fuerza, cuando en Benicarló lo máximo a lo que podemos aspirar es a que nuestro alcalde se comporte como una persona adulta.

Benicarló se mueve por inercia, nadie sabe muy bien hacia dónde sin que una legislatura y media después, Marcelino Domingo haya entendido lo que significa ser alcalde.

Incapaz de armar y explicar un proyecto de futuro común, simplemente porque no se tiene, desde el Ayuntamiento se sigue mandando (me gustaría decir gobernando) sin ningún tipo de imaginación, con desgana, esperando a que escampe, intentando contentar a “la gent del poble”, eufemismo utilizado por el Partido Popular para referirse a aquellas personas a las que interesa tener contentas en función únicamente de su propio cálculo electoral.

La identificación que hace el PP de sus intereses con los del pueblo no es un tema menor, porque a partir de ese punto, cualquier desacuerdo o crítica a la gestión de los “gobernantes” se convierte en un ataque a la integridad de Benicarló, desacreditando al disconforme y blindando a alcalde y concejales de tener que dar cualquier tipo de explicación.

Esta estrategia de Domingo, que hasta ahora le ha funcionado bastante bien, no indica otra cosa que una absoluta incapacidad para defender sus posturas y planteamientos. Su infantilismo le lleva a ser incapaz de asumir la más mínima crítica, siempre hay un culpable exterior y si es necesario, uno se hace el valiente mostrando su desacuerdo en las redes sociales con el propio partido.

Eso sí, las críticas se acaban ahí, después si hay que defender lo indefendible (el cierre de Canal 9 por ejemplo) o hay que recibir con alfombra roja al President de una Generalitat que ha tratado a Benicarló como una población de segunda, cuando no de tercera, pues se hace, faltaría más.

Marcelino Domingo nunca ha respondido con su capacidad política al enorme respaldo electoral obtenido, pero la salida de tono de la semana pasada, amenazando en las redes sociales a unos jóvenes, que comentaban la venida de Fabra ejerciendo su elemental derecho de libertad de expresión, es absolutamente inaceptable. Su actitud, arrogante y de profundo desprecio por todo aquel que no se comporte como un esforzado palmero, unido a la ausencia de una disculpa automática, agranda su deslegitimación como represententante de todos los benicarlandos. El niño consentido buscará la excusa de una campaña en contra (otra vez el enemigo exterior) cuando sólo él (“ell asoletes”) es el responsable.

El “bon xic” ya no es tal y perdido esto, sin gestión pasada ni futura, ¿qué le queda para continuar?

Román Sánchez Mateu

Secretario General  PSPV Benicarló

 

 

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